Justin, los Smart Cabs y La Valletta

Mucho se ha escrito sobre cuál es la mejor forma de visitar una ciudad. En coche, a pie o en autobús, entre otras. Creía que las había probado (o al menos visto) todas pero me equivocaba. Al poco de aterrizar en La Valletta y, tras no saber muy bien, cómo «atacar» la ciudad, me dio por preguntar a un «taxista» local. Contestó, amablemente, a todas mis preguntas y, acto seguido, como quitándole importancia, me dijo que él me podía enseñar todos esos sitios por los que preguntaba. Y así fue como conocí a Justin y su smart cab en La Valletta.

Su «pequeño taxi inteligente» nos albergó a los cuatro con inusitada facilidad. Yo miraba para atrás y verificaba la extraña comodidad de mi mujer y mis hijas. Estaban un poco apretadas pero estaban bien. Y yo iba delante, con Justin a mi izquierda, un mapa con apuntes en una mano y una cámara de fotos en la otra.

Justin había nacido en Malta y parlaba como un loro. Era más majete que las pesetas. En un inglés sencillo y fluido, nos fue advirtiendo de los principales encantos de la capital de la isla. Desde la Pjazza San Gwan o St. Joan Square, en un lateral de la Concatedral de San Juan, donde cogimos nuestro diminuto coche eléctrico, fuimos serpenteando las calles, hasta llegar a los límites amurallados de La Valeta.

La Valeta es una ciudad pequeña y encantadora, calada hasta los huesos de historia. Su calle principal es Republic Street, una suerte de arteria que sirve como línea de orientación para conocer la capital de Malta. Si te pierdes, ubicas esta calle y (más o menos) sabes dónde andas.

La Valletta debe su musical nombre al cruzado Jean Parisot de la Valette que defendió a Malta de  los otomanos allá por mil quinientos y pico. Otra cosa no, pero el que llegó a ser Gran Maestre de la orden de Malta, tenía un apellido sonoro e ilustre.

En la capital maltesa conviven suntuosos y arcaicos edificios como el Auberge de Castille (donde vive el primer ministro) con tiendas de las principales franquicias de moda o Mcdonalds. La combinación no chirría. Más bien desprende encanto.

Por Malta han pasado fenicios, griegos, cartagineses, romanos, árabes, franceses y, finalmente, ingleses. Esta retahíla de civilizaciones históricas (además de dejarte apabullado) hace de la isla un crisol de culturas existente en pocos lugares de la tierra.

Napoléon también anduvo por allí. Y luego llegaron los británicos con sus educadas y eficientes costumbres. Y, después, Malta entró en el elitista club (o no tanto) de la Unión Europea. Y, por último, a los pocos años, Justin empezó a danzar en su smart cab por La Valletta.

Mis hijas sonrieron felices cuando caímos en la cuenta de que el smartcab había sido bautizado como «Barbie»

Es divertido saber que este tipo de detalles son los que luego recordaremos de nuestros viajes, mientras olvidamos los miles de interesantes datos y curiosidades que hemos leído previamente (como que bajo el suelo de La Valletta hay cientos de túneles, pasadizos y refugios de guerra que conforman una ciudad paralela subterránea).

Sea como sea, La Valletta nos chifló y nos llevamos un grato y reconfortante recuerdo de la ciudad. Quizás un poco breve pero, como diría Baltasar Gracián, «lo bueno, si breve, dos veces bueno».

Justin fue un Cicerone perfecto. Nos mostró unas cuantas cosas y nos sugirió casi todo. Por si fuera poco, sus explicaciones estaban trufadas de anécdotas personales o excentricidades del carácter maltés.

Si quieres saber qué ver en la Valletta hay cientos de posts sobre el tema.

Mi humilde aportación es que si vas a La Valletta y tienes poco tiempo o quieres hacerte una primera idea de la ciudad, preguntes por Justin y su smart cab en la Pjazza San Gwan.

Si le ves recuérdale que, tal y como le prometí, ya tiene su propio post y, por tanto, ya se puede considerar famoso.

4 Comments

  • Mar dice:

    Me ha encantado la idea. Me hubiera gustado ver una foto de Justin

    • Gracias Mar. Bueno, sí sale, en la primera foto del artículo donde sale el smartcab se le ve, en el asiento de delante, aunque no es un primer plano. Pero se le reconoce. Y, ya sabes, si vas a La Valletta pregunta por él y que te haga un bonito recorrido por la capital. Un abrazo.

  • JR dice:

    Muchas gracias por este «post». Una muy buena pincelada sobre la capital de Malta. Ojalá lo hubiese leido antes del pasado verano,…cuando viajé a esas islas… Sin duda hubiera preguntado por Justin. 😉
    A partir de ahora, seguiré tu blog cuando programe algún viaje. Felicidades !

    • Muchas gracias por tu amable comentario. Nosotros pasamos unos días increíbles en Malta. Mis hijas no paran de repetir que quieren volver. Y Justin se portó de maravilla con nosotros. Paraba donde le decía para que pudiera hacer fotos, nos explicaba todo y nos hacía continuos chistes y gracias. Un saludo y encantado de poder ayudarte a programar algún viaje.

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